El rubí es una de las piedras preciosas más valoradas por su belleza y rareza. Además de su valor físico, el rubí tiene una gran carga simbólica en diferentes culturas y religiones. En la Biblia, el rubí también tiene un lugar especial en muchas historias y pasajes.
Contexto Histórico y Cultural
La Biblia es una colección de textos sagrados para judíos y cristianos. Escritos en hebreo, arameo y griego, los libros de la Biblia fueron escritos en diferentes épocas, desde el siglo XI a.C. hasta el siglo II d.C. En la época bíblica, las piedras preciosas eran muy valoradas por su rareza y belleza, así como por su capacidad de proteger al portador de enfermedades y malos espíritus.
El rubí, conocido en hebreo como odem, era una de las piedras más valoradas en la época bíblica. En el libro de Ezequiel, se describe la majestuosidad del trono de Dios, que tenía "un aspecto de braseado y como de fuego dentro de él, de lo que parecía como sus lomos para arriba, y desde lo que parecía como sus lomos para abajo, vi como el aspecto de fuego, resplandeciente alrededor" (Ezequiel 1:27). En la descripción del trono, se menciona que Dios estaba sentado sobre una piedra que parecía un zafiro, pero la palabra hebrea utilizada puede también referirse al rubí.
Significado Simbólico
En la Biblia, el rubí tiene diferentes significados simbólicos dependiendo del contexto. En general, el rubí se asocia con la sabiduría y la prosperidad. En Proverbios 3:13-15, se compara la sabiduría con la búsqueda de las piedras preciosas, en la que el rubí tiene un lugar especial: "Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y el hombre que obtiene la inteligencia; porque es mejor la ganancia que ella que la de la plata, y es mejor la adquisición de ella que el oro más fino. Más preciosa es que las piedras preciosas, y todo lo que puedas desear no es de comparar con ella".
En el Nuevo Testamento, se asocia el rubí con el sacrificio de Jesucristo. En Apocalipsis 4:3, se describe el trono de Dios rodeado por un arco iris y "alrededor del trono había veinticuatro tronos, y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, y con coronas de oro en sus cabezas. De la parte del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, que son los siete espíritus de Dios. Delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león, el segundo era semejante a un buey, el tercer ser tenía el rostro como de hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando… Y los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive por los siglos de los siglos, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: «Digno eres, Señor, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas" (Apocalipsis 4:4-11).
Ejemplos de uso del rubí en la Biblia
Aparte de la descripción del trono de Dios, hay otros pasajes en la Biblia que mencionan el rubí:
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En Job 28:18, Job habla de la sabiduría y de las piedras preciosas, diciendo: "No se puede comprar con oro puro, ni se puede pagar su peso en plata. No se puede pagar con oro de Ofir, ni con precioso ónix ni con zafiro. No se le pueden igualar el oro ni el cristal, ni puede cambiarse por alhajas de oro fino. La sabiduría no se compra con el rubí de Cus, ni con el oro precioso ni con sus piedras. No se puede comparar con el oro ni con el vidrio, ni se puede cambiar por alhajas de oro fino".
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En Ezequiel 28:13, se describe a un rey babilónico como una criatura "formada con piedras preciosas para su ornato: rubí, topacio y diamante, crisólito, ónice y jaspe, zafiro, ágata y esmeralda, y oro. Las labores de tus tamboriles y flautas estaban preparadas para ti en el día de tu creación".
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En Lamentaciones de Jeremías 4:7, se describe la piel de los ciudadanos de Jerusalén antes de la invasión de los babilonios: "Sus príncipes eran más puros que la nieve, más blancos que la leche; más rojos en su cuerpo que el rubí, más hermosos que el zafiro".
El Rubí en la Cultura Cristiana
Además de su importancia en la Biblia, el rubí ha tenido un papel importante en el arte cristiano y la iconografía. En la Edad Media, el rubí se utilizaba para decorar reliquias y relicarios, así como para representar la sangre de Cristo.
En pinturas y esculturas cristianas, el rubí se utiliza para representar la piel o los labios de los santos y ángeles. También se utiliza como símbolo de la fe y el amor divino. En la tradición cristiana, se dice que el rubí cambia de color si el portador está en peligro o en presencia de un enemigo.
Conclusión
El rubí es una piedra preciosa de gran belleza que tiene un significado simbólico importante en la Biblia. Además de ser asociado con la sabiduría y la prosperidad, el rubí también se utiliza para simbolizar el sacrificio de Cristo. A lo largo de la historia, el rubí ha sido valorado no sólo por su belleza, sino también por su capacidad para proteger a su portador.